La Compañía de las Hijas de la Caridad, es una Comunidad Internacional fundada por San Vicente de Paúl y Santa Luisa de Marillac en el siglo XVII, más concreto en 1633.

Las Hijas de la Caridad se sienten llamadas. Tienen un Absoluto en su vida. Alguien que ha venido a su encuentro: Jesucristo “que pasó por la vida haciendo el bien”. Él es la fuente de donde procede su amor, el fuego que estimula su acción, la fuerza que dinamiza sus proyectos, el tesoro que da sentido a su vida.

Las Hijas de la Caridad viven en Comunidad compartiendo lo que son y lo que tienen, celebrando la vida y la Fe. Juntas se ayudan para ir donde quiera que las personas sufren y construir con los pobres de la tierra su propio desarrollo.

San Vicente y Santa Luisa se sintieron interpelados por Jesucristo para participar en su vida y misión. Ambos descubrieron la pobreza material y espiritual del pueblo y de intentar remediarla mediante su entrega a Dios sirviéndole en los pobres.

Este Carisma personal de San Vicente y Santa Luisa se expresa y despliega en un espíritu que nos ha trasmitido a todos los Vicencianos.

La enseñanza se inscribe en los orígenes de la Compañía. Y es que tanto San Vicente como Santa Luisa pronto se dieron cuenta de la ignorancia de adultos y niños y están convencidos de que el analfabetismo es una forma real de pobreza.

Hoy las Hijas de la Caridad, fieles al espíritu de los Fundadores, trabajan en el mundo de la Enseñanza con jóvenes y niños, haciendo realidad “La escuela cristiana Vicenciana” cuyos principios inspiradores recoge el Documento de los Centros Vicencianos llamado carácter propio .

“Cuando un corazón se vacía de sí mismo Dios lo llena, Dios es el que entonces mora y actúa en él” 

En el marco de la ESCUELA CATÓLICA y con espíritu de colaboración y servicio a una sociedad plural y a la Iglesia, la entidad titular de los Centros Educativos Vicencianos ofrece el Carácter Propio:

    • Como signo de la presencia del Reino de Dios en el mundo de la educación y gesto de FE y ESPERANZA en la posibilidad de un Hombre Nuevo.
    • Como respuesta a las familias que deciden dar a sus hijos una educación cristiana.

Nuestro Estilo Educativo

Creemos en la educación integral

que favorece el desarrollo de todas las dimensiones de la personalidad del alumno.

Acercamos la educación

a las necesidades de cada alumno, articulando las medidas de atención a la diversidad.

Ponemos al alumno en el centro,

haciéndole protagonista de su aprendizaje.

Trabajamos la apertura a la trascendencia,

el desarrollo de la interioridad para abrir al alumno a la experiencia de Dios.

Educamos a alumnos capaces de convivir y compartir,

sensibles a las necesidades de los demás, comprometidos por la justicia y promoción de los más necesitados, a través de acciones concretas.

Promovemos el aprendizaje significativo,

a través de la innovación metodológica y haciendo explícita la relevancia y utilidad del pensamiento y el aprendizaje.

Nuestra Historia

Potenciar una renovación metodológica que motive y despierte en los alumnos el compromiso y la pasión por aprender.

Conseguir una mejor atención a la diversidad, afrontándola desde la inclusividad y no desde la segregación, que mejore los resultados académicos.

Adquirir un estilo dinámico que huya del estancamiento y la instalación mediante una continua actualización y formación del profesorado.

Ser significativos en nuestro entorno presentando una oferta educativa de calidad.